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Aún estábamos conmovidos por el encuentro de las Abuelas de la Plaza de Mayo, con el nieto 118 y me es inevitable sentir que esta herida que nos hace uno con nuestros países vecinos, provoca en estos encuentros una inmensa felicidad, a su vez tan triste como opaca; digo esto, porque me parece una contradicción histórica que estos pequeños triunfos de nuestros pueblos, se basen en las más grandes injusticias que se han cometido en contra del pueblo, hechos que hoy por hoy parece no han generado aprendizaje.

 

Hago este cruce de datos, porque Varonas de cartón en su tercer aniversario, lanza Sobremesa, como una forma de renovar su compromiso con la memoria, de alguna manera, este trabajo hecho a escala humana, a pulso con cariño y nostalgia, sea un testimonio para que las nuevas generaciones sepan cuales son las hebras que han trazado nuestro hoy.

 

 

 

 

 

 

 

 

Santiago de Chile, Noviembre de 2015.

Carmen G. Quiroz L.

SOBREMESA

Sobremesa, es un libro manufacturado por el taller de Varonas de cartón, un cuento nostálgico escrito por Luis Alberto Tamayo e ilustrado por Carmen G. Quiroz; impreso en casa, con cariño, portada en cartón craf de 300 gramos y cuerpo en opalina entelada color marfil de 250 gramos.

aquí es donde Luis me dice que el sentido de la vida es para el otro lado... y todo se aclara.

Luis Alberto Tamayo / El Padre

A Luis, lo conocí el año 2002 cuando cursábamos el Diplomado de Pedagogía Teatral en la Universidad Católica, al principio, se rumoraba que era un escritor, bueno, como dirían los especialistas en poner sobrenombres, tenía cara de escritor también, él era parte de los famosillos del curso, bueno, había una payasita de televisión entre los compañeros, culpable me siento en confesar, de que yo no lo conocía y a la payasita si.

 

Siempre tuve un respeto trágico por las personas que se dedican a ser cultos y viven de ello, una especie de círculo intocable, bueno, imagen que si bien ha cambiado con los años, me sigue generando una inmensa admiración y profundo respeto... pero más de cerca.

 

La vez que tocó presentarnos al curso, él llegó con una maleta de viaje, que subió a la mesa y abrió, dejando ver una serie libros, que según nos explicó la mejor forma de contarse era a través de los libros que había leído, llevándonos a todos a un viaje de mundos; nos hablaba con un íntimo dolor, recordando los tiempos en que en este país los libros se enterraban para que los pacos no los quemaran, de pronto se quedó como mirando hacia dentro y pensó en voz alta: -bueno, tal vez por eso, que de tanto enterrar buenos libros, han nacido buenos escritores en estas tierras-.

 

Desde entonces nuestras conversaciones son viajes, llenos de imágenes, palabras y silencios, de los que siempre salimos llenos de proyectos, nuestra amistad es un pacto que se ha vuelto un mantra:

 

Luis, ¿me cuentas un cuento?, a lo que siempre responde -sólo si me dibujas un cordero-

 

 

 

Carmen G. Quiroz L. / La Madre

No hablaré de mi en tercera persona, me parece de futbolistas, no lo digo despectivamente, cuando niña era bastante buena jugando a la pelota, de hecho me gané un par de sobrenombres, pero no lo soy, no logro saber con certeza que soy en este punto de la vida, pero claramente futbolista no soy.

 

Bueno, después de esta particular presentación, les comparto mi alegría por este hijo en particular, que si bien no es el primero de la editorial, es la primera vez que decido extender mis decisiones más allá de la forma y manufactura de los libros que con tanto cariño nacen en este taller, esta vez les comparto mi trazo, una forma de contar/me más allá de las palabras que tanto amamos.

 

Sobremesa es el sexto hijo de Luis Alberto Tamayo y yo, pero es el primero de una serie de cuentos ilustrados desde la íntima y testimonial mirada hacia los derechos humanos.

 

 

no... ya no maduré

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